Un antiguo speakeasy clandestino o una discoteca secreta detrás de una nevera: Londres está llena de bares especiales, pero tienes que encontrarlos. Hemos ido en su búsqueda y te hemos hecho una lista con los mejores, más exóticos y más aventureros.
Es maravillosamente anticuado y elegante, con sofás de cuero, una chimenea y personal elocuente de uniforme. Las bebidas son al menos igual de creativas y cada una representa una etapa del viaje de 80 días de Mr. Fogg, como el «Voyage aux Alpes» con vodka, licor de resina de pino y jarabe de vainilla.
Sin instrucciones precisas, pasarías de largo la puerta de entrada de Mr. Fogg's Residence, situado en una tranquila calle de Mayfair. Como su nombre indica, este bar está decorado como la vivienda de Phileas Fogg: el personaje de Julio Verne amante de los viajes. Una vez dentro, todo recuerda a su viaje ficticio alrededor del mundo: las paredes están llenas de mapas y fotografías, cuelgan del techo jaulas de pájaros y se ven tigres y cocodrilos disecados aquí y allá.
Es cuestión de buscar la puerta verde de Opium en el corazón de Chinatown, pero una vez dentro, nada se interpone en el camino de una noche embriagadora. La empinada escalera conduce a 3 oscuros pisos, cada uno con un tema diferente. En el Apothecary Bar, por ejemplo, puedes elegir un cóctel según tu signo del zodiaco chino, tras lo cual se mezclará diligentemente con misteriosas botellas.
Aún más creatividad te espera detrás de una cortina roja: en el Peony Bar puedes pedir tu copa de un mapa chino. Toma, por ejemplo, el «Shanghai», un excitante brebaje de vodka Umami, licor de ciruela, habanero, melocotón, apio, anís y té. También es agradable: en cada bar puedes elegir entre diferentes dim sum (tapas al vapor) y tés exclusivos para que no se te suba mucho a la cabeza.
¿Has cenado estupendamente en el Breakfast Club en Spitalfields y quieres que tu noche sea aún más emocionante? Susurra entonces al oído del camarero: «He venido a ver al alcalde» y camina con él hacia una antigua nevera. Al otro lado de la puerta está el bar secreto The Mayor of Scaredy Cat Town.
En este encantador sótano de ladrillos, te sentarás en taburetes de madera mientras observas cómo los camareros y las camareras mezclan bebidas interesantes como la «Chiquita» (que lleva whisky, licor de huevo y plátano, entre otras cosas).
En el barrio de moda de Shoreditch, abundan las boutiques extravagantes, un colorido arte callejero y tampoco los bares locales tienen nada que envidiar en cuanto a creatividad. Así, en el Looking Glass pasas a través de un enorme espejo para entrar en una coctelería secreta. Al otro lado te espera un mundo de fantasía lleno de muebles antiguos, decoraciones extrañas, ¡y bebidas del mundo de Alicia en el país de las maravillas!
Por ejemplo, el mismísimo Sombrerero Loco se acerca a la mesa para mezclar una ardiente ponchera con «Turtle Soup» (sopa de tortuga) y suceden cosas mágicas en tu vaso cuando pides una «Shrinking Violet» (violeta menguante). Esperemos que encuentres el camino de vuelta al mundo real al final de la noche.
Después de un día de compras y de admirar los graffitis en Shoreditch, Callooh Callay es el lugar perfecto para comenzar la noche. Callooh Callay abrió sus puertas en 2008 y fue uno de los primeros bares de cócteles en Shoreditch. Por lo pronto, el bar es imposible de imaginar fuera de este barrio de moda; la preciosa barra de madera siempre está agradablemente concurrida.
En el menú decorado con arte callejero hay modernas variaciones de clásicos como el «Hoxtopolitan» (con jerez) y el «Cold Brew Martini» (con café). Pero los auténticos noctámbulos no se detienen aquí. Van en busca del JubJub Bar: un bar secreto donde solo se puede entrar con una llave especial.
Fiel a la tradición, también aquí debes buscar bien la entrada: de hecho, el bar está escondido en un sótano debajo del elegante restaurante galardonado James Cochran. Para completar la experiencia, te puedes traer tu propia bebida (B.Y.O.C. significa Bring Your Own Cocktail, «Tráete tu propio cóctel»). Durante una sesión de 2 horas, se te servirán todo tipo de creaciones con tu propia bebida servida como cóctel, chupito o ponchera.
Con sus abarrotadas estanterías, su antiguo piano y sus asientos de terciopelo, en este sótano en el corazón de Londres te sientes como si estuvieras en otros tiempos. B.Y.O.C se inspira en la década de 1920, especialmente en la ley seca de los Estados Unidos. Este fue el apogeo de la clandestinidad: lugares secretos donde la gente sedienta podía disfrutar de cócteles en secreto.
