En una ciudad donde el tráfico se considera indudablemente terrible, la alternativa de un entorno sin coches es toda una bendición. Por tanto, los atlanteños también hacen un uso masivo del BeltLine. Por todas partes se ven a personas corriendo, paseando, montando en bicicleta o patinando. Y no solo los fines de semana: también un simple miércoles por la mañana el BeltLine goza de gran concurrencia.
Atlanta puede ser una ciudad cálida y sofocante, pero no es necesario deshidratarse, ya que a lo largo de toda la ruta encontrarás terrazas, bares de cerveza y cafeterías. A pesar de que ahora se hace un uso principalmente recreativo del BeltLine, cuando se complete el circuito circular en su totalidad, formará una hermosa alternativa sostenible para trasladarse de una parte de la ciudad a otra sin la necesidad de utilizar el coche.