Enamorado de la Ruta Romántica
Esta es la Alemania más pintoresca: castillos de cuento de hadas, viñedos y pueblos de colores pastel. En la Ruta Romántica, el tiempo parece haberse detenido. En otoño, esta famosa ruta es aún más hermosa.
Esta es la Alemania más pintoresca: castillos de cuento de hadas, viñedos y pueblos de colores pastel. En la Ruta Romántica, el tiempo parece haberse detenido. En otoño, esta famosa ruta es aún más hermosa.
Inspirada en una ruta comercial de la Edad Media, la Romantische Strasse recorre desde Würzburg hasta Füssen y deleita a los viajeros con muchos enclaves históricos y culturales del sur de Alemania. Se accede fácilmente a la ruta (hay señales por todo el camino), y los paisajes son espectaculares: prepárate para enamorarte, tanto si conduces de norte a sur como de sur a norte.
Si quieres brindar por el inicio de la Ruta Romántica, entonces te tienes que dirigir a Würzburg. Esta ciudad se encuentra en el corazón de una gran región vinícola. Además de otras atracciones, Würzburg cuenta con numerosos Weinstuben, donde podrás catar vinos locales y degustar productos de la región. Y el momento es perfecto, porque tras el viaje, sentirás mucha sed.
Entre los imprescindibles se encuentran el Puente Viejo (Alte Mainbrücke) que está adornado con escultura de los 12 santos patronos y dirige al histórico castillo de Marienberg. Otra visita imprescindible es la Residencia de Würzburg, un gran palacio Patrimonio de la Humanidad.
Muchos de los visitantes de Rothenburg ob der Tauber se sienten como si hubiesen salido de una máquina del tiempo. Algo lógico, porque esta romántica ciudad evoca la época de caballeros y dulces damas. Descubre el centro medieval: pasea por las pequeñas calles y vías, visita las iglesias, y admira las casas de colores pastel con sus pequeñas ventanas y decorados gabletes. Rothenburg cuenta con una gran oferta turística y de ocio, así que reserva tiempo para descubrir esta joya de la Ruta Romántica.
Puede que no lo percibas a primera vista, pero Nördlingen está ubicado dentro del cráter de un meteorito de más de 14 millones de antigüedad. Afortunadamente, la ciudad se construyó tras la caída del meteorito. De no ser así, el casco histórico y la muralla de la ciudad serían meros vestigios. La muralla, abierta al público, fue construida en 1327. Podrás admirar tanto la muralla como las casas construidas al estilo tradicional germánico.
Una de las ciudades más antiguas de Alemania, Augsburgo, presenta una fusión interesante de edificios históricos y modernos. Sin embargo, son los edificios históricos los que inspiran más romanticismo. Un gran ejemplo es el magnífico ayuntamiento, de estilo renacentista. No te quedes en el exterior: visita la maravillosa Goldener Saal (la Sala Dorada). La sala está decorada con esculturas, pinturas y adornos en oro desde el suelo al techo.
Una selección de otros puntos de interés situados a lo largo de la ruta:
Uno de los puntos más románticos de la ruta se encuentra a las afueras de Hohenschwangau: un romántico castillo de cuentos llamado Neuschwanstein. Dirígete al castillo en un carruaje tirado por caballos y deléitate con el esplendor de este fotogénico paisaje. Una curiosidad: el castillo de Neuschwanstein sirvió de inspiración para el castillo de la Bella Durmiente de Disney.
La mejor forma de fotografiar los exteriores del castillo y sus paisajes es recorriendo el cercano Marienbrücke.
Concluye este viaje en carretera alojándote en el Hotel Sonne, un hotel de cuento de hadas en el centro de la ciudad.
El punto final de la Ruta Romántica: Füssen se encuentra a los pies de los Alpes y el Forggensee, un gran lago en el que desemboca el río Lech. En Füssen, relájate en los manantiales curativos, fotografía el Lechfall o viaja en el tiempo visitando el antiguo monasterio de Sankt Mang. La biblioteca de este edificio histórico bien merece una visita.
Aunque Füssen es oficialmente el último punto de la Ruta Romántica, ¿por qué no continuar? Introduce Eibsee en tu sistema de navegación y desde aquí coge el teleférico hacia lo alto de Zugspitze. Con una altitud de 2.962 metros, es la montaña alemana más alta. Se trata de un destino «top» para relajarse y recordar la magnífica ruta que acabas de finalizar.