El restaurante Tantris, en el norte de Schwabing, es famoso en toda Alemania. Su iniciador, Fritz Eichbauer, dijo una vez: «Con el dinero que hemos invertido en Tantris podríamos habernos comprado un castillo, pero ¿dónde habríamos comido?». 2 estrellas Michelin y casi medio siglo después, el restaurante sigue siendo sobresaliente, no solo en Múnich sino en toda Alemania. Quien desee ocupar uno de sus 125 asientos, debe reservar con algunas semanas de antelación. El interior rojo de los años 70 con esculturas asiáticas no ha cambiado desde su inauguración y ahora, sin querer, resulta moderno, pero el foco de atención sigue estando en su carta. La cocina es, naturalmente, alta y bávara, sin olvidar que Italia está muy cerca.