Correr una maratón es para muchos un elemento de la lista de imprescindibles. Pero, ¿por qué correr por tu ciudad si puedes hacerlo también por un paisaje exótico? ¿Listo para empezar? Aquí tienes 4 de las maratones más bonitas del mundo.
La Costa de Oro de Queensland no se llama así en vano: es una de las zonas más bonitas de Australia. Desde 1979 se celebra allí la maratón más importante del país. Los 30.000 participantes pueden contar con un agotador trayecto con vistas a horizontes urbanos, playas de arena dorada y el azul del mar del Coral. Los corredores se benefician del recorrido llano y del invierno australiano. La temperatura oscila entre 10 y 20 grados Celsius, hay poco viento y la humedad es baja: las condiciones ideales para un récord personal.
A quien una maratón normal no le parece lo suficientemente dura, se inscribe ahora para la Maratón Sundown de Singapur. Debido al clima tropical del pequeño estado asiático la carrera se celebra tras la puesta de sol. Las luces parpadeantes de los rascacielos, el sonido de los pasos de 10.000 participantes y el aroma tropical de la cálida noche hacen de esta una carrera memorable.
El aire de Islandia es muy limpio y de gran calidad. Una agradable circunstancia para los 14.000 participantes a quienes les puede venir muy bien el fresco oxígeno durante la Maratón de Reikiavik. Desde la capital, justo debajo del círculo polar ártico, transcurre el recorrido por calles llenas de coloridas casitas de madera, por las orillas del lago Tjörnin y a lo largo de una cascada murmurante. Pero también por un río lleno de salmones rosados, a lo largo de la costa rocosa y de la playa de lava negra. Después del esfuerzo deportivo se celebra la fiesta hasta altas horas de la madrugada según la costumbre islandesa.
Sufrir y disfrutar al mismo tiempo, esa es la maratón de la Gran Muralla China. Desde 1999, esta es una de las carreras más duras del mundo, con un recorrido como una montaña rusa, lleno de fuertes desniveles, un hervidero de curvas y un sinfín de escaleras (¡5.164 escalones!). Por eso, los 2.500 participantes tardan más que en una maratón media. Pero, desde luego, lo hacen sobre una de las 7 nuevas maravillas del mundo. A través de húmedos campos de arroz, diminutos pueblecitos, montañas boscosas y grandiosos templos.
