Asia y Europa se encuentran
Estambul transcontinental
En la dinámica Estambul, el enorme Bósforo separa Asia de Europa. El encanto de las mil y una noches de esta ciudad es tan auténtico como el rigor de la maraña de calles.
En la dinámica Estambul, el enorme Bósforo separa Asia de Europa. El encanto de las mil y una noches de esta ciudad es tan auténtico como el rigor de la maraña de calles.
El carácter multicultural de Estambul se remonta siglos. Ya los griegos y los romanos tuvieron asentamientos en la ciudad. Y gracias a su estratégica ubicación entre 2 continentes en la legendaria ruta de la seda muchos mercaderes se quedaban y aumentaba así la diversidad cultural de la ciudad.
Te mostramos los lugares más atractivos en la orilla de ambos continentes.
Ayasofya, la Mezquita Azul, el Palacio de Topkapi y el Gran Bazar: en la parte europea de Estambul se encuentran todos los puntos conocidos, por lo que pasarás aquí gran parte del tiempo. Pero, aún hay más…
Este es quizá el lugar de interés turístico más sorprendente de Estambul. A gran profundidad bajo el suelo se llega a una sala subterránea que se asemeja mucho a un palacio. Un total de 336 columnas en 12 filas sujetan el techo de lo que en el siglo VI fue el depósito de agua de los emperadores del Imperio Bizantino. La hechizada iluminación y el constante sonido de agua rezumante lo convierten en un lugar mágico.
Un paseo por el puente Gálata con sus numerosos pescadores lleva al barrio de Beyoglu vigilado por la torre medieval de Gálata. Este es el corazón artístico y cultural de Estambul, donde se encuentran muchas galerías, museos y tiendas.
La ajetreada Istiklal Caddesi es la arteria principal de Beyoglu, pero Asmalimescit es más agradable. En esta acogedora calle hay innumerables pequeños restaurantes y la calle cobra vida sobre todo a la noche. No dejes de visitar Balik Pazari, el mercado del pescado. Muchas de las tiendas existen desde hace casi 100 años y cuentan con una fiel clientela.
Busques la especia que busques, la encontrarás en el Bazar egipcio, más conocido como el bazar de las especias. El bazar se construyó en el siglo XVII. En esa época era una gran farmacia donde se vendían bebidas de especias y hierbas medicinales.
Actualmente sigue habiendo muchos establecimientos de medicinas, pero la oferta está compuesta mayoritariamente por especias de cocina de colores vivos, frutos secos y fruta deshidratada. Al oeste del Bazar egipcio hay una maraña de callejuelas, perfectas para perderse.
Kadiköy es el barrio más antiguo de Estambul y es fantástico para deambular. Se pueden ver muchos edificios históricos, como la magnífica estación de tren de Haydarpasa y la Ópera de Süreyya. Pero en realidad, lo mejor del barrio es el ambiente jovial y los numerosos bares y terrazas donde puedes disfrutar de una taza de té o ayran (típica bebida turca de yogur) viendo pasar la vida. También hay un mercado diario que los martes y los viernes es más extenso.
¿Qué se puede hacer en la parte asiática de Estambul? Algo menos que en la parte europea, pero esa es precisamente la razón para ir. Es la parte de Estambul que menos visitan los viajeros. Aquí el interior de los baños turcos no está adaptado a los turistas y la carta de los bares está escrita para los lugareños. Así que para vivir una experiencia auténtica, toma el ferry hasta la orilla asiática. Ya solo el paseo en el barco merece la pena.
Üsküdar está ubicada en la orilla del Bósforo. El paseo junto al agua es un lugar exquisito para callejear y ofrece una fantástica vista de la silueta de la orilla europea de Estambul.
Para disfrutar aún de mejores vistas, sube a Camlica, la «montaña» más alta de la ciudad. Hay numerosos cafés y restaurantes donde poder disfrutar del panorama a la sombra de árboles milenarios.
Detrás de la bellísima Mezquita de Mihrimah se oculta una historia de amor algo trágica.
El arquitecto Sinan estaba perdidamente enamorado de Mihrimah, la hija del sultán otomano Süleyman. Sin embargo, ya había cumplido los 50 y estaba casado, así que no tenía ninguna opción. Irónicamente, le asignaron la tarea de construir una mezquita con su nombre. Fue un diseño sin igual y se mantiene en su estado original hasta el día de hoy.
Mihrimah significa «sol y luna» en persa. Sinan diseñó una mezquita bastante oscura con pocas ventanas para simbolizar la luna. Para expresar aún más su amor el arquitecto construyó otra Mezquita de Mihrimah en la colina de la orilla europea. En esta ocasión con innumerables ventanas y un torrente de luz para simbolizar el sol. Desde la torre de Gálata se ven las 2 mezquitas.