Explosiones de color y magníficas espirales iluminan un paisaje aciago y oscuro. La extraordinaria obra del fotógrafo Lincoln Harrison da vida al cielo nocturno del interior australiano. Mientras la tierra gira sobre su eje, con una técnica especial y mucha paciencia Harrison plasma una impresionante huella de estrellas.
Lincoln Harrison plasma el paisaje australiano de forma imponente en colecciones de fotografías de cielos estrellados, parajes montañosos y escenas de agua. Harrison descubrió su talento por casualidad, cuando empezó a experimentar con fotografía paisajística. Ahora, el trabajo de Harrison se ha publicado internacionalmente; entre otros, en las revistas N-Photo y LENS.
Las rocas rojas se definen con gran detalle sobre una espiral de colores. Casi se puede tocar la aspereza de la superficie. Harrison fotografió este paisaje en apariencia marciano en The Pinnacles, un parque nacional en Australia. «Primero tomo una fotografía con la mayor definición posible a la puesta del sol; luego, la combino con las fotografías de estrellas que hago en la oscuridad».
Las imágenes de Harrison parecen demasiado bonitas para ser verdad, pero son el resultado de muchas horas nocturnas de fotografía. «Utilizo un tiempo de obturación sumamente largo de entre 20 minutos y 15 horas». Mientras la tierra gira y el resplandor de las estrellas penetra en la cámara, Harrison acerca el zoom. A mayor velocidad logra un efecto explosivo; más lentamente una espiral de colores.
Las estrellas tienen diferente temperatura y color, pero a simple vista parecen blancas. Con una iluminación especial Harrison plasma los intensos colores en noches despejadas. «Esta imagen es especial. Parece como si saliera el sol, pero en realidad esa noche no oscureció del todo. En el horizonte se ve la luz de la ciudad de Melbourne, a 150 kilómetros de distancia.»
