Mezcla la China tradicional, el sofisticado Japón y la creativa Taiwán y ahí tienes Taipéi -un poco extraño, pero agradable. En la metrópolis más romántica del Lejano Oriente, una estancia de una semana apenas es suficiente. Presencia una tradicional ceremonia del té, toma un curativo baño de azufre en un balneario imperial o sellad vuestro amor en un antiguo pueblo minero soltando juntos una linterna de la suerte en la noche taiwanesa.

Bergen fue una vez la ciudad hanseática más importante del norte de Europa. Los retorcidos almacenes de madera medievales del antiguo puerto son aún testigo de ello: la histórica Bryggen está inscrita en la Lista del Patrimonio de la Humanidad. La maravillosa Bergen es también el punto de partida para excursiones románticas: en traqueteante funicular a la cima de una montaña, a través de un paisaje de cuento en tren a la moderna capital o en dirección al círculo polar ártico en barco correo.

Resorts de lujo en generosas playas tropicales, un orgulloso fuerte holandés y pequeñas ciudades coloniales francesas, además de islas deshabitadas con hamacas y tortugas gigantes. Mauricio es un destino de ensueño para aquéllos que desean descansar pero a quienes también les apetece salir alguna vez. Voilà: tres consejos para una escapada romántica al paraíso del descanso en el Océano Índico.

Dices "Panamá" e indudablemente piensas de inmediato en el Canal de Panamá. Esa impresionante vía fluvial que va desde el Atlántico hasta el Pacífico ahorra a los transatlánticos y cruceros un desvío de dos meses, por lo que es el más fabuloso atajo del mundo. A ambos lados del mismo se encuentra todo un país que apenas ha sido aún descubierto y realmente tiene mucho que ofrecer. Tres aventuras románticas en Panamá.